No porque sea Navidad
Pienso en aquellos verdes prados de las excursiones de mi colegio, el San Antonio de Padua, ese entorno de aire limpio donde nos soltaban para que retozáramos felices, cual cachorrillos que éramos, detrás de una pelota, detrás de nuestros sueños. Pienso en mi padre no como esa persona que ya no está (para mí no se ha ido nunca del todo), sino como esos verdes prados luminosos y libres de contaminación de mi infancia que emanaban felicidad y pasión por la vida.