forralibros

Forrar libros es una declaración de amor (a los libros, claro)

Obviamente, los forralibros, aun usándose durante todo el año, tienen mayor demanda al principio del curso. Su gran tirón está ahí, desde luego, pero también son usados para convergar tesoros culturales. libros antiguos, revistas añejas pero gran valor intelectual, diarios, blocs de notas, publicaciones descatalogadas…

En fin, cualquier libro es susceptible de ser forrado, pues “forrado” y “cuidado” vienen a ser sinónimos. Forrar un libro es una declaración de amor… al propio libro. :–)

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