Elegir un buen título no es tarea fácil. Entre otros motivos, porque habría que definir previamente qué es un buen título. La literatura no es una ciencia matemática; muy al contrario, es una asignatura de lo más subjetiva, y la elección de los títulos es aún más subjetivo si cabe. Mempo Gardinelli le dedica unas líneas a este tema en Así se escribe un cuento , Ediciones B, 1992: “Sobre los títulos de los textos”. Coincido con él en que el título va escondido dentro del texto literario (hablamos de un relato, una novela, un ensayo, un poema…), aunque no comparto al cien por cien sus reticencias hacia los títulos publicitarios. En mi opinión, un título puede ser muchas cosas a la vez: intenso, intelectual, sugerente… y, por qué no, también publicitario. (La otra cara de la moneda: también es posible encontrar títulos que no tienen ninguna de estas virtudes).