¿Se venden las plumas estilográficas en pleno siglo XXI, marcado por la nanotecnología, los drones y la previsión de viajes intergalácticos? Se lo pregunté el otro día a un vendedor en la sección de plumas de El Corte Inglés y me dijo que sí, que la pluma mantiene el tipo, y que las ventas son buenas.
Aun dando por acreditada esa respuesta, quise saber más. ¿Qué hice? Buscar información en Google, así de original soy. Lo que encontré fue un artículo publicado hace más de cuatro años en BBC World con el título “La pluma fuente, un éxito de ventas en el siglo XXI”. Nota: “Pluma fuente” es la traducción literal de “fountain pen”, que es como se conoce en el mundo anglosajón a las plumas estilográficas.
Pues bien, en ese artículo, que podéis leer aquí, coincide con lo que me dijo el dependiente de El Corte Inglés: la pluma estilográfica es un objeto que cotiza al alza.
Plumas estilográficas, un artículo de escritura al alza
Un objeto de escritura al alza, sí, pero veamos datos. Steven Brocklehurst, el autor del reportaje sobre la plumas, nos da datos que hay que tener en cuenta. Desde Parker, por ejemplo, señalan que la pluma ha resurgido en los últimos años (aunque han pasado cinco desde entonces, la tendencia parece la misma); su competencia, la casa Lamy, señala que las ventas aumentaron en más del 5 % que el año anterior y cuatro veces más que dos años antes (2010). Y Amazon, por su parte, ha comunicado que sus ventas de 2012 se duplicaron respecto a 2011 y cuatro veces más que en 2010.
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