De los cuentos de Oscar Wilde, «El hombre que contaba historias» es uno de mis preferidos. La historia es muy breve y tiene una estructura y un lenguaje muy sencillos, como de cuento de tradición oral, pero su puntería está solo al alcance de los mejores escritores.
Y además nos propone al final un pequeño debate –por no llamarlo directamente explicación– acerca de cuáles son las motivaciones que conducen al ser humano a contar historias.