En un país como España, donde nos enfrascamos en una trifulca diaria (por motivos políticos, deportivos, legislativos, ideológicos…), causa cierta sorpresa que la inclusión o no de la tilde en el adverbio “solo” haya removido tantas ampollas, hasta el punto de que se ha convertido en una cruzada entre tildistas (partidarios de tildar dicha palabra) y antitildistas (reacios a hacerlo). Una cruzada que divide no solo a los ciudadanos, sino también a los propios miembros de la RAE.
Puede parecer un tema banal, pero el hecho de que diarios como ABC hayan llevado a su portada el lío interno que hay en la Academia por este motivo demuestra que este caso, como el de Vinicius, que traté en mi columna de la semana pasada, tiene más aristas de las que cabría pensar en un primer momento.
La razón lingüística está de parte de quienes nos negamos a tildar el adverbio “solo”, pues está fuera de la norma diacrítica, que es precisamente a la que se acogen los solotildistas. En 1952 el académico Julio Casares destacó lo injustificado de escribir esa tilde, pues en caso de anfibología (confusión) puede usarse “solamente” en vez de “solo”. Pero, ay, antes muertos que sencillos.
El debate de ahora no responde a causas filológicas. Es una batalla entre la razón y la tradición. Muchos que aprendieron a tildar el adverbio “solo” en el colegio ahora son incapaces de renunciar a esa enseñanza, entre ellos autores ilustres como Pérez-Reverte, Vargas Llosa, Gimferrer o el tristemente desaparecido Javier Marías. Sin otra excusa, por cierto, que “Así lo aprendí en el cole”. (¿No deberían los intelectuales actuar guiados no por las emociones, sino por la razón? Tranquilos, es una pregunta retórica).
Seguirá habiendo debate aprovechando que la RAE, en su última rueda de prensa, ha venido a decir: “Haced lo que os dé la gana”.
Y eso es, en definitiva, lo que seguiremos haciendo unos y otros.
Francisco Rodríguez Criado es escritor y corrector de estilo
Artículo publicado en El Periódico de Extremadura, el 15/3/2023
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Escribiendo bien se entiende la gente (101-200)

Francisco
Rodríguez Criado
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