La escritora Jamaica Kincaid, que en realidad se llama Elaine Cynthia Potter Richardson, nació Saint John’s el 25 de mayo de 1949 y es una escritora de Antigua y Barbuda. Hasta 1965 vivió con su padrastro, un maestro carpintero, y con su madre. Gracias a ellos pudo completar su educación secundaria según el modelo británico, ya que las islas Antigua y Barbuda fueron colonias británicas hasta 1967.
A los 17 años partió a Estados Unidos. Un tiempo fue au pair y después colaboró con la Revista Forbes. También estudió fotografía, fue a clases en el Franconia College en Nuevo Hampshire y trabajó para el New Yorker. Ha enseñado literatura creativa en la Universidad de Harvard. Es autora de varios libros de relatos y algunas novelas de reconocido éxito.
Tiene dos hijos de su ex marido, Allen Shawn (hijo del editor de The New Yorker, William Shawn).
Su escritura es singular y se hace notar por el tono lírico del lenguaje. Tanto sus historias cortas como sus novelas tienen un sesgo hipnótico, un sello poético y son el resultado del uso del ritmo y la repetición. Las imágenes que nos entregan sus textos nos arrastran a los tiempos de su infancia en el Caribe (West Indian), remembranzas de su vida en la isla Antigua (su lugar de nacimiento), con su clima tropical, las comidas y sabores caribeños, los comercios locales, y el rico folklore antillano, lleno de misterios y supersticiones. Muchas de sus historias se mueven fácilmente entre el realismo y las fantasías del surrealismo, como serían los cuentos populares de todo el Caribe.
También Kincaid es elogiada por su afán de explorar la fuerte ligazón entre madre e hija y la descripción de los detalles que envuelven el paso o la transformación de niña en mujer. De este modo su trabajo roza los tiempos en que las niñas comienzan a perder su inocencia, especialmente cuando abandonan ese Edén que es la niñez. Ella misma, con dieciséis o diecisiete años, salió de su isla natal y fue a Estados Unidos para sumarse a un programa de intercambio llamado au pair. (Hogares americanos reciben a jóvenes de otras culturas para que a cambio de comida, techo, abrigo y una pequeña suma de dinero, realicen tareas básicas, como cuidar niños, arreglar el jardín, hacer compras, acompañar a personas mayores, incluso enseñar su lengua nativa).

Digamos entonces que estos son los rasgos que no sólo encontraremos en sus historias cortas sino también en sus novelas. Y en este contexto se insertan los diez cuentos breves que componen el libro En el fondo del río, donde “Niña” es el primero de ellos. Es un relato corto, de apenas de un par de páginas, pero reúne una síntesis con rasgos bíblicos de lo que es la vida para una chica que está por convertirse en mujer. Su madre le habla desde el corazón, y desde la tradición. Africa se respira en sus dichos y consejos. Todas las labores que la chica tendrá en realizar en breve están en esas palabras de una madre que a veces suena dura, en especial cuando le advierte que no se comporte así o asá porque eso la llevará a convertirse en una meretriz. La niña la escucha con atención. Sin embargo, se dibujan en su rostro la sorpresa y la molestia. A cada latigazo de la madre –así suenan sus palabras– ella se estremece y quisiera responder o preguntar, pero no se atreve, y sólo en dos ocasiones inquiere alguna explicación.
Un texto notable de Jamaica Kincaid que no es apología, pero que resume toda la tradición antillana, con ese machismo irritante que subsiste hasta nuestros días y que aún hoy, en más de alguna iglesia, colegio o fogón familiar debe escucharse como “mandato divino”, y donde madre e hija comparten su destino de ser buenas mujeres, buenas dueñas de casa y mejores esposas.




Ernesto Bustos Garrido (Santiago de Chile), periodista, se formó en la Universidad de Chile. Al egreso fue profesor en esa casa de estudios; también en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad Diego Portales. Ha trabajado en diversos medios informativos, televisión y radio, fundamentalmente en el diario La Tercera de la Hora como jefe de Crónica y editor jefe de Deportes. Fue director de los diarios El Correo de Valdivia y El Austral de Temuco. En los sesenta fue Secretario de Prensa del Presidente Eduardo Frei Montalva. En los setenta, asesor de comunicaciones de la Rectoría de la U. de Chile, y gerente de Relaciones Públicas de Ferrocarriles del Estado. En los ochenta fue editor y propietario de las revistas Sólo Pesca y Cazar&Pescar. Desde fines de los noventa intenta, quizá tardíamente, transformarse en escritor.




Un Cuento corto de Jamaica Kincaid: Niña
Lava la ropa blanca los lunes y ponla a secar en la piedra; lava la ropa de color los martes y ponla en el tendedero; no camines sin sombrero bajo el sol; prepara las frituras de calabaza con aceite dulce caliente; remoja tu ropa pequeña en cuanto te la quites; cuando compres algodón asegúrate de que no tenga goma, sino no aguantara ni el primer lavado; deja remojando el pescado una noche antes de que lo cocines; ¿es verdad que cantas benna (1) en la escuela dominical?; come siempre de manera en que no le dé asco a los demás; los sábados trata de caminar como una señorita y no como la puta en la que parece te convertirás; no cantes benna en la escuela dominical; no debes hablar con vagos ni siquiera si te preguntan una dirección; no comas fruta en la calle, las moscas te perseguirán; pero yo no canto benna los domingos y mucho menos en la escuela dominical; así se cosen los botones, así se cose el dobladillo cuando veas que se está descosiendo para que evites parecer la puta en la que estoy segura te convertirás; así se plancha la camisa caqui de tu padre para que no queden arrugas; así se planchan los pantalones caqui de tu padre para que no queden arrugas; así se cultiva okra (2) lejos de la casa porque los árboles de okra atraen hormigas rojas; cuando cultives dasheen (3), asegúrate de echarle agua sino hará que tu garganta pique cuando te la comas; así se barren las esquinas; así se barre toda la casa; así se barre el patio; así se sonríe a los que no te caen muy bien; así se sonríe a los que detestas; así se sonríe a los que te caen bien; así se pone la mesa para el té; así se pone la mesa para la cena; así se pone la mesa si vas a tener un invitado importante para cenar; así se pone la mesa para la comida; así se pone la mesa para el desayuno; así te debes comportar en presencia de hombres que no conoces bien; así no reconocerán tan rápido la puta en la que te he dicho no te conviertas; asegúrate de bañarte a diario, incluso si es con tu propia saliva; no bajes a jugar a las canicas —no eres niño, lo sabes; no recojas flores por ahí—, podrías contagiarte algo; no tires piedras a los mirlos, porque podría no ser un mirlo; así se prepara el pan, así se prepara la doukona (4); así se prepara un plato de pimientos; así se hace la buena medicina contra el catarro; así se hace la buena medicina para expulsar niños antes de que se conviertan en niños; así se atrapa un pez; así se devuelve un pez que no quieras, para que no te pase algo malo; así se engatusa un hombre; así te engatusa un hombre; así se ama a un hombre, y si eso no funciona hay otras maneras de hacerlo, y si esas no funcionan, no te sientas mal por renunciar; así se escupe si te dan ganas; y así te quitas para que no caiga sobre ti; así se hacen nudos; siempre toca el pan para asegurarte que está fresco; ¿pero qué tal si el panadero no me deja sentir el pan?; ¿quieres decir que después de todo serás del tipo de mujeres a las que el panadero no deja tocar el pan?
- Kincaid, Jamaica (Autor)
Notas sobre el cuento de Jamaica Kincaid
Los textos en cursiva corresponden a parlamentos de “La Niña”. Estos dos, son los únicos. Los textos restantes pertenecen a la narradora de la historia.
Glosario
(1) Benna es un género de música tradicional de Antigua y Barbuda en el que se cantan los chismorreos escandalosos de la comunidad.
(2) Okra es una hortaliza de origen centroafricano.
(3) Dasheen es un tubérculo (en Canarias lo conocen como ñame).
(4) Doukona es un plato tradicional caribeño.
*** Niña (Chica), primer cuento del libro En el fondo del río. Editorial: TXALAPARTA. Año 2007. Libro obtenido en préstamo en la Bibliotica Viva – Plaza Egaña, Fundación La Fuente. Chile
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