Hoy toca explicar cómo limpiar una pluma estilográfica. O mejor dicho: voy a explicar cómo suelo limpiarla yo. Si tienes un método diferente, por favor, cuéntanoslo.
A lo que iba. Ayer por la mañana tomé la decisión de llevarme mi ✅ estilográfica Parker IM al acto literario al que iba a acudir por la tarde. Me gustan mucho las plumas Parker en general, y la IM en particular: es fina, escribe muy bien, agradable al tacto y nada cara, con lo cual, si la pierdo en un despiste, puedo reemplazarla por otra igual sin tener que hipotecar la casa. (Otras veces me llevo a estos eventos la ✅ Lamy Safari, para muchos la mejor pluma en relación calidad-precio. Escribe muy bien, cierto, aunque estéticamente prefiero plumas de la casa Parker).
A lo que iba: probé en casa la Parker para asegurarme de que no había ningún problema, pero sí que lo había: no escribía. ¿Existe acaso peor problema para una pluma? Era previsible: el cartucho de tinta se había agotado. Bien, cambiar un cartucho de pluma estilográfica no es difícil: no hay más que “pincharlo” correctamente y ya está. Sí y no. Yo pinché correctamente el cartucho, pero la pluma seguía sin escribir. Así pues, puse manos a la obra. Tocaba limpiar la pluma.
Cómo limpiar la pluma estilográfica… Hasta un manazas puede hacerlo
Si eres un manazas –¡y yo lo soy!–, el mejor método es el que te voy a contar. Solo necesitas un recipiente, agua a temperatura ambiente, un pincel seco (yo usé un pequeño cepillo de dientes) y papel para secar (sirve el papel celulosa).
Y esto fue lo que hice:
1 Desmonté la pluma estilográfica, retiré el viejo cartujo e introduje las piezas en un bol con agua a temperatura ambiente. El agua no tardó en tintarse, en este caso de color azul.
2 Dejé la pluma desmontada unos cuantos minutos en el agua, para que fuera soltando la tinta. Con cinco minutos es suficiente.
3 Aclaré con agua limpia la pluma y la cepillé muy suavemente con un pequeño cepillo (sí, un cepillo de los dientes vale). Luego volví a aclararla.
4 Una vez limpiada la pluma, sequé las partes y volví a montarla. Me aseguré de que estuviera completamente seca antes de poner el nuevo cartucho. La pluma volvió a escribir correctamente. Lo que había ocurrido es que la tinta reseca había obturado el plumín y de ahí que no escribiera.
Y eso fue todo lo que hice. Es recomendable limpiar la pluma estilográfica de vez en cuando, porque, aunque dé la imagen de estar limpia a simple vista, una vez desmontada suelta mucha tinta adherida.
Ya veis que no es nada difícil. Para limpiar una pluma no solo no es necesario ningún producto especial, que, además, podría resultar resultar abrasivo.
Pero, como digo, si tenéis otro método, os animo a que lo compartáis en los comentarios.
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Plumas estilográficas Parker
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