La lengua es un ser vivo. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que, como si de una persona se tratara, está sujeta a mutaciones, modificaciones, a cambios en su forma de pensar y de comportarse. La lengua española es actualizada de manera natural por los hablantes y de manera analítica por la RAE (Real Academia Española, y no Academia de la Lengua Española, como dicen algunos), que “limpia, fija y da esplendor”. O eso dice la Academia en pomposo verso octosílabo.
Así pues, cuando hablemos de la lengua –o de las lenguas, pues al fin y al cabo todas están sujetas a revisiones–, es muy frecuente que hablemos del ANTES y del DESPUÉS. Es decir, de normas y de contranormas.