Todos (o casi todos) utilizamos en alguna ocasión bolígrafos BIC. Seguramente son muchos los lectores que para agenciarse con un bolígrafo BIC solo tienen que estirar el brazo mientras leen este post. Sí, un bolígrafo BIC –parece arte de magia– siempre está a mano; e nuestro escritorio, en la oficina, en los colegios…
Son varios los motivos por los que el bolígrafo patentado por Ladislao Biro y comercializado por Marcel Bich alcanzó fama internacional hasta convertirse en el bolígrafo más vendido del mundo.
Estas son algunas de esas causas:
El precio del bolígrafo BIC
Al principio fabricar un bolígrafo resultaba caro y no estaba ni mucho menos al alcance de todos. De hecho, era poco menos que un artículo de lujo. Pero gracias a la industrialización, la fabricación del bolígrafo que acabaría por llamarse BIC se fue abaratando a marchas forzadas, convirtiéndose así en un artículo masivo. En su libro Historia del bolígrafo, María Dolores Gutiérrez Guerrero cuenta que en 1945 el bolígrafo patentado por Biro (aún pendiente de las mejoras orquestadas por el visionario Marcel Bich) costaba lo que un billete de autobús. Eso era una buena noticia, pues suponía que cualquier persona podría hacerse con un bolígrafo.
El contexto en que nació en bolígrafo BIC
La oficina como espacio de trabajo se fue imponiendo en los años 50. En ese entorno había que utilizar artículos de escritura prácticos y económicos, y qué mejor que el bolígrafo BIC. Pero había otro factor más unido a este:
El bolígrafo BIC era (y es) desechable
Se buscaba un utensilio que no requiriera demasiada atención. Y el BIC cumplía y cumple ese requisito: es un bolígrafo desechable. Esta circunstancia es del agrado del usuario, que puede desembarazarse de él una vez se agota la tinta, si bien a nivel ecológico puede que no sea tan rentable. En honor a la verdad, hemos de decir que BIC también tiene recambios para algunos de sus bolígrafos en varios colores (azul, negro, rojo, verde y multicolor).
Bic y la publicidad
La publicidad, aunque no tan perfeccionada como ahora, ya era un gran aliado para potenciar la venta de un producto. Marcel Bich pronto lo vio, y de esta manera la marca BIC se asoció en nuestro imaginario con anuncios con mensajes sencillos pero impactantes.
Cualquier persona de mi generación (o anterior) recordará este eslogan de BIC que se instalaba dentro de nosotros casi como de una canción pegadiza se tratara:
“Bic Naranja escribe fino,
Bic Cristal escribe normal.
Dos escrituras a elegir.
Bic, Bic, Bic, Bic, Bic.”
El minimalismo del diseño del bolígrafo BIC
En lo esencial, los bolígrafos BIC no han cambiado demasiado su diseño. Y si no lo han cambiado demasiado desde los años 50 del pasado siglo hasta ahora, por algo será. Es cierto que han creado numerosas colecciones, algunas de ellas muy coloridas, cada cual con sus rasgos distintivos para atraer a todo tipo de puúblico, pero el bolígrafo BIC por excelencia sigue siendo el BIC Cristal, el de plástico transparente, de capuchón y tinta azul, un bolígrafo sin adornos superfluos ni elementos meramente visuales. Nada de cara a la galería: la fuerza del diseño de los bolígrafos BIC clásicos recae en su minimalismo. Un bolígrafo BIC se usa para escribir, y punto. No es ni mucho menos una vía para ostentar cierto prestigio social y económico.
La durabilidad de los bolígrafos BIC
Los bolígrafos BIC son robustos, y no se estropean fácilmente (exceptuando los casos en que estos útiles de escritura caen en las manos de quienes tienen/tenemos la tendencia de morder el capuchón de plástico). Y esa durabilidad se aplica también a la tinta. Según dice la propia casa, un bolígrafo BIC puede escribir durante 2 kilómetros.
Bic: Una popularidad mantenida en el tiempo
Cuando un artículo se hace popular y mantiene ese estatus durante setenta años, en el imaginario colectivo se asienta la idea de que para ciertas necesidades –en este caso para la escritura del día a día– no conviene cambiar de costumbres.
Obviamente, BIC no lleva bien implantado en el mercado desde los años 50 por mera casualidad. Un bolígrafo BIC podrá resultarnos a estas alturas un artículo rutinario, pero detrás de él hay una gran maquinaria casi perfecta. Si se venden 32 millones de bolígrafos al año (estadísticas que he leído en la web de la empresa), por algo será.
Todos estos motivos hacen de BIC el bolígrafo más vendido del mundo. Razones hay para ello.
No obstante, si deseas conocer otras marcas de bolígrafo, visita nuestra página.
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