
«La caligrafía surgió en la oscuridad de las cuevas hace al menos 50.000 años. Cuando una de esas formas pintadas en las paredes logró expresar algo concreto para la comunidad surgió el primer signo, y cuando este se unió a otros fue posible la primera lectura. El origen del alfabeto como tal se reduce a un puñado de trazos utilizados para tomar notas de registro por los funcionarios del Imperio Medio de Egipto hacia el año 1850 antes de Cristo. Nuestro propio alfabeto procede de la escritura de los fenicios, que habitaban en ciudades costeras del actual Líbano como Tiro, Beirut, Sidón y la misma Biblos, la principal exportadora de papiro del mundo antiguo y a quien debemos la palabra biblioteca».